La historia que teje la llegada de la Luna Nueva en Sagitario el 1 de diciembre del 2024
Hemos estado recapitulando, desintegrando e integrando el elemento fuego dentro de cada uno de nosotros. Lo que va de año hemos experimentado el dolor y el propósito espiritual de este elemento que nos impulsa con fuerza a la acción y la creatividad en un intento de religarnos con la fuente del amor universal.
Primero Mercurio, que, durante abril, agosto y el pasado 26 de noviembre ha venido retrogradando en las escuelas arquetípicas del elemento fuego, confrontándonos desde el enojo y la frustración con la chispa sagrada que nos enciende en pasión, con la acción sagrada y también con la reactividad.
En agosto retrogradaba en Leo mostrándonos la arrogancia y la soberbia como principales obstáculos para abrir el corazón a la vida y la humanidad, y ahora retrograda en sagitario moviendo nuestro sistema de creencias.
Eso en lo que “creo” me da confianza y esperanza o me invade de inseguridad y despropósito
Venus desde julio del 2023, nos ha estado mostrando el camino del deseo genuino que pulsa desde el corazón y la atracción lucíferica que parece descontrolar nuestros cuerpos hasta el punto de sacrificar la armonía por el caos, sintiendo adicción hacía el camino difícil o inalcanzable.
Venus nos ha llevado a revisar las creencias familiares, culturales, colectivas y propias, para dejar de avanzar con un propósito ajeno y tomar el camino genuino del corazón, ese que irradia una luz especial que toca fibras internas de todo aquello que merodea en su esfera. Ese que nos conecta con la valentía de ser quien realmente estamos descubriendo que somos.
Venus esta mostrando la tentación y el camino del corazón.
Marte su amante cósmico a partir de diciembre bajará al inframundo para iniciarse en un ciclo de 2 años que nos mostrará colectivamente la diferencia que hay entre el pulso de vida genuino y la necesidad de crear múltiples personalidades externas adictas a la atención y el reconocimiento, estás imágenes externas están movidas por el miedo y el anhelo de protección, se muestren fuertes, arrogantes, atractivas, merecedoras, seguras y reactivas, pero en realidad esconden un ser esencial triste y aprisionado en un teatro de roles.
Marte en su viaje del héroe que inicia en diciembre va a buscar quebrar el masculino egolatra, tíranico y ambicioso que todos hemos construidos como reflejo social.
Y en el medio de este escenario de aprendizaje sucede la Luna Nueva en Sagitario que nos lleva a un sentir de introspección profunda sobre el propósito de la vida en el contexto actual en el que se desarrolla el planeta tierra con tragedias naturales, anuncios de guerras globales, noticias abominables que muestran el sadismo cultural y una sensación de que podemos tocar el mundo invisible sin ser muy conscientes de ello, empezamos a sentir el cuerpo físico, emocional y mental moviéndose de formas extrañas, como si quisieran traer mensajes que no alcanzan a ser nombradas por la lógica y el mundo de las formas.
Nos abrimos a la sombra del propósito ajeno que nos conecta con la aceptación afuera, el optimismo sin sentido que nos evade de la realidad y del sentir, y el miedo profundo a todo lo que se está abriendo internamente y en lo que parece que no tenemos control en absoluto.
Pero al mismo tiempo, se abre una sabiduría profunda que tocamos al salir del miedo que nos muestra la potencialidad de nuestro espíritu, el amor a la vida, la mente al servicio de los caminos que se abren entre las flores de la serenidad y la certeza que se haya en la falta de control.
Estamos abriendo una escuela profunda de reconocimiento interno en medio de una realidad global que cada día tiene menos filtros. Lo que antes era un manual de éxito ya no tiene sentido para nosotros porque la ruta real nace de ese ser esencial que estamos intentando guardar por miedo a la fuerza y el poder que estamos percibiendo en él.
Si algo que la astrología de esta lunación nos pide sembrar es la esperanza y la serenidad para transitar la transición con bienestar y en salud.
El arquetipo y mito que se teje con esta lunación es la dualidad de los hermanos, Apolo y Artemisa. Él como dios solar que discipa la oscuridad, el impulso de la consciencia que existe en lo vivo, la intelectualidad y visión al futuro, y ella, su hermana quien se constituyó como una diosa virgen que eligió vivirse en su naturaleza salvaje y no condicionada, una mujer que conoce el lenguaje de la oscuridad donde se guarda el misterio y la sabiduría.
Cuídate, escúchate, reconoce lo que hoy se muestra como abundancia en tu camino y confía en que nada aterrador y maligno puede emerger de un espíritu que anhela abrirse a la vida rompiendo corazas dolorosas y certezas efímeras
Un fuerte abrazo,
Katherin Lowenthal
Astrológa, Ritualista Chamánica y contadora de mitos